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Ester: una reina hermosa y valiente

Durante el cautiverio en tierras lejanas, una doncella israelita que llegó a ser esposa del rey no dudó en poner en riesgo su vida para salvar al pueblo del Señor.

La reina Ester es uno de los personajes femeninos más icónicos del Antiguo Testamento y, por tanto, también lo es de la tradición judía. Su vida es un ejemplo de valentía y determinación.

El libro de Ester

El libro de Ester —en el Antiguo Testamento— contiene la historia que dio origen a la fiesta judía de Purim, una de las más importantes del calendario hebreo. La historia pertenece a la época del cautiverio en Babilonia sí, ese cautiverio que el profeta Lehi del Libro de Mormón, junto con Jeremías, había profetizado.

Aunque en el libro no hay referencias directas a Dios, de la narración se infiere un destino providencial (Est. 4: 13-16) y habla del ayuno por liberación. Ha habido dudas sobre si debe ser incluido como escritura canónica. Su valor religioso radica en la sorprendente intervención de Dios en la historia y exhibe un tipo muy alto de valentía, lealtad y patriotismo.

La historia de Ester

Hadassah, más conocida como Ester, fue una profetisa del Tanaj judío y del Antiguo Testamento cristiano. Era una hermosa doncella judía que, al haber quedado huérfana de su padre Abihail, fue adoptada por su primo Mardoqueo, quien era un varón judío entroncado en la genealogía de Benjamín y de Saúl (hijo de Jair, hijo de Simí, hijo de Quis).

Así, pues, Mardoqueo adoptó a Ester y se hizo cargo de ella como si fuese su padre, hasta que los encargados del rey Asuero, de Persia, llegaron para buscar a una nueva reina. Esto porque el rey había decidido divorciarse de su reina Vasti, porque ésta se negaba a mostrar su belleza ante la gente y los príncipes.

Entre las muchachas más hermosas de Persia estaba Ester. Desde que llegó al palacio, las doncellas la trataron con cuidados especiales y, luego de un año, Ester fue presentada ante Asuero.

Las conspiraciones

Amán, jefe de la corte del rey, odiaba a Mardoqueo porque en una ocasión éste habia dado aviso a Ester sobre una conspiración contra el rey. Entre los conspiradores estaba el propio Amán. En consecuencia, procuró las formas de cobrar venganza contra los judíos y Mardoqueo, quien obtuvo el favor del rey.

En su odio, y con una estratagema, Amán consiguió que Asuero emitiera un decreto para matar a todos los judíos.

La intervención de Ester

Ester, asumiendo un gran riesgo personal, reveló su propia nacionalidad ante el rey y tras acusar a Amán de conspirar para matar al pueblo hebreo, del que eran parte ella misma y Mardoqueo, obtuvo una revocación del decreto.

Se decidió que dos días de fiesta deberían observarse anualmente en honor a esta liberación. Fueron llamados Purim debido a la suerte (Pur) que Amán había lanzado para la destrucción de los judíos.

Como vemos, Ester es una mujer que se caracteriza por su fe, valentía, preocupación por su pueblo, prudencia, autodominio, sabiduría y determinación. Ella es leal y obediente a la voz de su primo Mardoqueo, y se apresta a cumplir su deber de representar al pueblo judío y alcanzar la salvación. En la tradición judía se la ve como un instrumento de la voluntad de Dios que evitó la destrucción del pueblo judío, y garantizó la paz durante el exilio.

El final feliz

Tras la muerte de Asuero, por su notoriedad en el reino y su servicio prestado a favor del reino, Ciro II le concedió a Ester la libertad para volver a su tierra natal, mediante un edicto real.

Ester es, por esto, una de las más admirables mujeres de las escrituras.


La fuente principal de este es el Bible Dictionary publicado en la edición de la Holy Bible (en inglés) por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.