Cuando José Smith recogió las planchas, las piedras Urim y Tumim, junto con el pectoral, también estaban dos artículos de los cuales aprendemos en los primeros capítulos del Libro de Mormón. Estos son la espada con la que Nefi le quitó la vida a Labán y la esfera bellamente tallada que el profeta Lehi halló una mañana en la entrada de su tienda, a la cual llamaron Liahona.
El joven José tomó todo ello y lo mantuvo bajo su resguardo hasta que terminó de traducir las planchas. Tras ello, según él mismo lo dijo, las devolvió al ángel Moroni, quien las tenía hasta el momento de redactar su testimonio en la Carta a Wentworth (1842).
Sin embargo, no mencionó que hubiera devuelto al ángel cada uno de los artefactos.
La Liahona
En 1 Nefi 16, el profeta Nefi describe este artefacto como una brújula hecha de exquisita manufactura en bronce. Tenía dos agujas que le indicaban a la familia hacia dónde ir. Al parecer, fue heredada a través de las generaciones, dado que en el mismo Libro de Mormón se menciona que el rey Benjamín se la entregó a su hijo Mosíah y, muchos años más tarde, Moroni la colocó en la caja junto a las planchas.
Por lo que se dice en la sección 17 de Doctrina y Convenios, sabemos que “los directores milagrosos que recibió Lehi mientras se hallaba en el desierto, en las inmediaciones del mar Rojo”, así como la espada de Labán, habrían de ser mostrados a los Tres Testigos, según su fe, tal como ocurrió poco tiempo después.
El profeta José Smith empleó en algunas ocasiones esas piedras para traducir el Libro de Mormón, que habían sido entregadas “al hermano de Jared en el monte, cuando habló cara a cara con el Señor”.
En un artículo sobre este tema, publicado en la revista Ensign en 2015, se hace una aclaración sobre los nombres de las piedras. En 1833, tanto el profeta José como algunos de sus allegados comenzaron a usar la expresión “Urim y Tumim” para referirse a cualesquiera piedras que hubieran sido el medio para recibir revelación divina: tanto los intérpretes nefitas como la piedra vidente (que era una sola).
Esto explica por qué ha resultado tan difícil especificar el método exacto por el cual José tradujo las planchas.
La espada de Labán
Nefi llevó consigo esa espada a lo largo del viaje a la tierra prometida. Luego, cuando sus hermanos Lamán y Lemuel se separaron del grupo para combatir a Nefi y los que lo seguían, forjó espadas según el modelo de la de Labán.

La espada original es mencionada a lo largo del Libro de Mormón como una especie de reliquia. A veces la vemos entrar en combate y otras simplemente se la mantiene bajo resguardo de los gobernantes o de los profetas, junto a otros tesoros, especialmente las Escrituras.
Así es como llegó a Moroni, el hijo del profeta Mormón. Él la colocó en la misma caja junto a las planchas de oro, a las piedras Urim y Tumim y al pectoral.
Sobre lo que pasó después de la promesa hecha en Doctrina y Convenios 17, se ha sabido poco sobre estos artefactos. En los registros personales de uno de los Tres Testigos, encontramos lo siguiente:
Fue a finales de junio de 1829. José, Oliver Cowdery y yo mismo fuimos juntos, y el ángel nos mostró las planchas… Estábamos sentados en un tronco cuando fuimos rodeados por una luz más gloriosa que la del sol. En medio de esta luz, apenas a unos pies de nosotros apareció una mesa sobre la cual había muchas planchas de oro, y también la espada de Labán y los directores. Las vi tan plenamente como yo los veo a ustedes, y escuché con toda claridad la voz del Señor declarando que los registros de las planchas del Libro de Mormón eran traducidas por el don y el poder de Dios.
David Whitmer
La espada en la cueva
La única otra mención a la espada de Labán viene del Diario de Discursos. Se trata de un relato que cuenta que José Smith y Oliver Cowdery vieron la espada en una cueva en la ocasión en que ambos fueron a devolver las planchas. Sin embargo, este relato no está plenamente admitido como verídico.
A pesar de que los datos con los que contamos no son enteramente concluyentes, lo cierto es que, a diferencia de otros temas, como la ubicación de los Tres Nefitas o cosas por el estilo, el Señor sí mencionó y reconoció estos artefactos en los últimos días.