¿Por qué hay diferentes relatos del acontecimiento fundamental del evangelio restaurado?
En la primavera de 1820 “el joven José Smith, procurando saber a qué iglesia debía unirse, fue a orar al bosque cerca de su casa en el norte del estado de Nueva York. Tenía preguntas en cuanto a la salvación de su alma y confiaba en que Dios lo guiaría. En respuesta a su oración, Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo se aparecieron a José y dieron comienzo a la “restauración de todas las cosas” (Hechos 3:21).
Piensa en el acontecimiento más glorioso en el que hayas estado presente, o la etapa, por breve que haya sido, más significativa y hermosa de tu vida. Si alguien te pidiera que lo relataras por escrito, ¿acudirías a tu diario o a algún otro lugar donde lo anotaste o lo escribirías de nuevo desde el principio? Si tu respuesta es que lo volverías a elaborar, ¿estás de acuerdo en que la razón es que puedes aprovechar esta nueva oportunidad para relatar de modo personalizado considerando a quien va a leer tu narración? Aún así, ¿estarías de acuerdo si también digo que se trata de un asunto del que no estás hablando a cada rato ni tratándolo de manera superficial?
Bien, pues algo así ocurre con la ocasión en que un joven José Smith recibió la visita de nuestro Padre Celestial y de Su Hijo Jesucristo. La mayoría de los Santos de los Últimos Días estamos familiarizados con el relato que aparece en la Perla de Gran Precio, pero ese grandioso acontecimiento fue registrado en diferentes oportunidades, aunque no fueron muchas, y es algo muy benéfico porque cada versión aporta información que nos ayuda a comprender mejor lo que significó la experiencia para José en 1820 y cómo ese significado se desarrolló con el tiempo, y así podemos darnos una idea más global y panorámica, pero también con detalles que pueden ayudarnos a aclarar muchas cosas sobre la historia de José Smith en aquella arboleda cercana a la granja de su familia. .
¿Cuáles son esas diferentes versiones o relatos de la primera visión? Aquí están. Son los relatos de la primera visión que fueron dados a conocer durante la vida del profeta José Smith, escritos por él mismo o bajo su dirección. Aparecen en el recurso de la biblioteca del evangelio que lleva el título Relatos de José Smith sobre la Primera Visión en el siguiente orden, que es cronológico:
- El del verano de 1832, conocido como Historia de José Smith, que es el relato más antiguo y personal, y el único que fue escrito por su propia mano. Cuando lo leas, descubrirás un enfoque muy intimista, entusiasta y reflexivo. Es de una profundidad y cercanía personal que sorprende.
- Diario de José Smith: la entrada que cubre los días 9-11 de noviembre de 1835. José Smith registra que le relató su primera visión de Dios a un visitante en su casa en Kirtland, Ohio, en esos días. El profeta se ayudaba de escribientes para llevar su diario, y este rescate de su narración corrió a cargo del hermano Warren Parrish.
- Llegamos al relato que aparece en La Perla de Gran Precio bajo el título José Smith—Historia, y que a su vez es el inicio de lo que se convertiría en una obra de seis volúmenes sobre la historia de la vida del profeta. El texto fue preparado minuciosamente por él, que se ayudó de secretarios y escribientes.
- “Historia de la iglesia” (reportaje). John Wentworth, dueño y editor del periódico Chicago Democrat le pidió al profeta José Smith una reseña de los comienzos, el progreso, la persecución y la fe de los Santos de los Últimos Días, porque un historiador de apellido Barstow quería incluir el tema en un libro. Aquel libro no fue publicado, pero el profeta, que ya había establecido en Nauvoo el periódico Times and Seasons, publicó la carta en él. Su redacción también tuvo la participación de secretarios y escribientes. Esta carta se halla íntegra en el capítulo 38 del manual Enseñanzas de los Presidentes de la iglesia, José Smith. Cuando volvió de la arboleda en aquella ocasión gloriosa, José le contó a su madre lo que había pasado, luego al resto de su familia. Y en los días sucesivos se lo contó a otras personas. De seguro, la forma en que respondieron tuvo un impacto duradero en el muchacho.
Lee y escudriña esos cuatro relatos y descubre tesoros y luz en ellos, porque lo que no podemos olvidar nunca es que cada relato de la primera visión es un testimonio de alguien que ha visto y escuchado a Dios y a Jesucristo y que puede decir: “Este es el testimonio: que vive, porque lo vi a la diestra de Dios”.
